Un venezolano triunfa en el MasterChef griego. La empanada de carne molida se convierte en manjar de una cultura y civilización exigente, cuna del mundo occidental. Pero, ¿quién es este hombre?, ¿cómo llegó a Grecia?
JOSÉ LUIS DÍAZ AFONSO/TENERIFE/FOTOGRAFÍAS: CORTESÍA DE PANAGIOTIS SIDERIS
Ni Platón ni Aristóteles y mucho menos Sócrates, tuvieron la suerte de disfrutar de la gastronomía venezolana, como sí lo hicieron los 10 chef griegos que conforman el jurado del MasterChef. Ese manjar que a Panagiotis Sideris le dio el triunfo, en el prestigioso programa, es la empanada de carne molida acompañada de guasacaca. Todo un éxito en Atenas. Panagiotis Sideris nació en Barquisimeto, estado Lara. Descendiente de griegos, junto a sus hermanos, Constantino y Licha, creció y se formó en Acarigua, estado Portuguesa. Estudió e incursionó en el comercio.
Así en Venezuela fue propietario de una tienda en el Centro de Acarigua, dedicada a todo para los recién nacidos. Su local logró consolidarse y alcanzar mucho prestigio y fama. El nombre de SUPER BEBE’S en la avenida Alianza se convirtió en una referencia de las ciudades gemelas de Acarigua y Araure.
Lamentablemente, la situación política y económica por la que atraviesa Venezuela lo llevó a emigrar. ¿Y a dónde ir?, ¡pues a Grecia!, el país de origen de sus ascendientes. En Grecia, junto a su esposa y su hijo, ambos venezolanos, comenzó de cero: “Como la mayoría de los inmigrantes. Conseguí trabajar en un Call Center, donde llevo casi 4 años”, apunta Panagiotis.
“Mi mayor aprendizaje como inmigrante es no olvidar a Venezuela. Es muy duro dejar una vida y comenzar de nuevo, en un país donde ni mi esposa ni mi hijo hablan el idioma. Por culpa de unos pocos, dejamos todo, si queremos un mejor futuro para nuestra familia”.

Otro de los aspectos duros, que como todo inmigrante enfrenta Panagiotis, es haberse alejado tanto de sus amigos y el entorno que frecuentaba:
“Siempre estaba rodeado por personas que me apreciaban y respetaban, porque somos gente humilde de corazón”. Su gran sueño: “Que toda esta pesadilla que está pasando en mi país acabe, y tengamos de nuevo una Venezuela próspera, llena de oportunidades, como siempre fue”.

Por lo pronto, Panagiotis sigue defendiendo su delantal blanco en MasterChef, su esposa Indira sigue aprendiendo a hablar en griego y su hijo estudiando.
Si por casualidad del destino, no gana el concurso culinario, no será algo que le perturbe su alegría, porque a él y a su familia, nadie le quitará la alegría de haber emocionado a los cocineros griegos con unas ricas y crocantes empanadas venezolanas.
Crónica crocante
Cuenta Sideris que el procedimiento para concursar en el Master Chef griego comenzó por competir junto a 5.000 aspirantes y pasar tres filtros: “El primero fue ser entrevistado pasar por un panel integrado por 10 chef. Quienes me preguntaron sobre mis conocimientos en gastronomía”.

Recuerda @elpanagriego, como se le conoce en las redes, que una vez pasado ese filtro quedaron 200 aspirantes. El segundo filtro era que tenía que llevar hecho desde la casa un plato frío y presentarlo al comité de chef: “Llevé un ‘Vuelve a la Vida’, presentado en una Copa Grande de Boca ancha de vino, acompañado de tajadas de plátano tostado. Bueno a los Chef le gusto y pase junto a 100 participantes”.
Luego llegó el gran reto. El tercer filtro, el último para entrar a las cocinas y en esa fase Sideris ganó el Delantal Blanco al cocinar delante de las cámaras de televisión y el jurado integrado por tres chef. En 30 minutos debió realizar la preparación. Luego tuvo 10 minutos para emplatar.
–Bueno yo elaboré empanadas de jamón, queso y de carne molida. En esa fase está prohibido traer cosas hechas con anticipación. Bueno tuve varios inconvenientes por que la emoción y el estrés. Las cámaras te ponen demasiado nervioso, cuando pase a los 10 minutos delante de los jueces ya tenia listas las empanadas de queso y me faltaba solo terminar de freir las de carne molida y emplatarlas de frente al jurado.
Recuerda Panagliotis, aún emocionado, que “cuando termine se acercó el primero de los chef. Probó la de jamón y queso, pero no estaban tan crujientes como las de carne molida que estaban recién hechas. Entonces le dije que probara las de carne y cuando la probó y se escuchó el ¡cronch..! de la masa, se voltio y llamó a los otros dos chef para que se acercaran. Les dijo textualmente: ‘Vengan a probar algo exquisito’. Yo había hecho una guasacaca y también tenía natilla, los tres jueces se peleaban por comérselas, y era gracioso porque se quemaban los dedos y los labios con las de carne molida”.

Las empanadas concentraron la atención y conquistaron el paladar del jurado:
–Cuando terminaron de comérselas todas, se devolvieron a sus sillas. Me llamaron al frente y empezó el primer chef a decirme:”De verdad, es uno de los mejores platos que he comido; de mi parte tienes un Siií”. El segundo chef me dijo: Te recomiendo que pienses en montar un negocio de empanadas, porque están riquísimas. Yo también te doy un Sí”. Y por último el tercer integrante del jurado sentenció: Ya todo está dicho. Por mi parte, tienes el tercer Sí, y con honores. Y así tomaron el Delantal Blanco, con el Logo de Masterchef, y se lo colocaron a este inmigrante que pone la gastronomía venezolana muy en alto. Ya en la cocina Masterchef Grecia donde sigue compitiendo junto a 50 aspirantes más de los 5 mil que iniciaron esta maravillosa aventura. Desde el 10 de enero está al aire por la Televisión Griega la continuación de MásterChef.
BienHallados, 01 de febrero 2022 /Año 2 /No 02